Ana Palomo

Licenciada en Medicina. Acupuntora. Psicoastróloga.

Formación

Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Málaga (UMA)
Maestría Universitaria en Acupuntura y Moxibustión China por la Universidad Pablo de Olavide (UPO)
Suficiencia Investigadora por el departamento de Farmacología de la UMA
Terapeuta Gestáltica de Grupo (CGM, Montevideo)
Docente de la 1º y 2ª edición del Experto en acupuntura celebrado en la facultad de medicina de la UMA
Docente y codirectora de la Escuela TaiYi (Junto al Dr. Jorge Vas)
Asesora y formadora en Psicología Astrológica (Método Huber)
Miembro de la Sociedad de Acupuntura Médica de España (formando parte de la Junta directiva de 2008 a 2010)

Conóceme un poco más...

Hay un concepto esencial en Medicina Tradicional China (y en otras muchas medicinas tradicionales), que habla de que el ser humano forma parte de una red energética que lo ancla entre el Cielo y La Tierra, y se ve influenciado profundamente por las vibraciones que emanan ambos planos. 

Además de aprender de la mano de referentes en el campo de la acupuntura médica y la investigación de la talla del Dr J.Vas, desarrollé con entusiasmo mi faceta docente en la Universidad y posteriormente en la escuela Tai Yi (donde hemos formado durante años a un gran número de médicos y personal sanitario) .

Al cabo de los años, mis ganas de saber y experimentar, me llevaron a ampliar mis conocimientos filosóficos y espirituales, adentrándome en caminos apasionantes, pero cada vez más alejados de la ciencia ortodoxa:

En un viaje al corazón del Tíbet confirmé la importancia del sonido y depuré el uso de los «cuencos cantores», su aplicación en temas de reproducción resultó ser fundamental y formó parte esencial de mi tesina (tratamiento de la infertilidad femenina con acupuntura y cuencos tibetanos). 

Posteriormente aprendí también de los cuencos de Cristal de Cuarzo y Alquímicos, siendo en la actualidad una herramienta bastante utilizada y demandada por mis pacientes.

La conexión con la tierra la encontré en gracias al contacto con la tradición nativa americana. Allí encontré viva la memoria ancestral del círculo, el uso de plantas tradicionales, y la sabiduría del vínculo con todo el fluir de la naturaleza. Participé durante años como una más, de sus costumbres y aprendí su cosmogonía y su forma de sanar cuerpo-mente y alma. 

Un día de lluvia, en mitad de la Danza de la Paz, me hicieron portadora del Petanguá o Chanupa sagrada, que para ellos es símbolo de la unión de lo masculino-femenino sagrado, cielo y tierra,  e implicaba el reconocimiento y el permiso para poder compartir esas enseñanzas en occidente.  De ellos recibí dos nombres de alma según su tradición ‘Hija de las estrellas’ y ‘Mujer medicina del corazón.

Mi aprendizaje a su lado no solo quedó en lo nativo, sino que entendí y experimenté la importancia de las dinámicas grupales, formándome finalmente como terapeuta gestáltica de grupos por el CGM (Centro Gestáltico de Montevideo).

Es el primer nombre de alma, ‘Hija de las Estrellas’, el que gatilló lo que me quedaba pendiente: elevar la mirada al cielo, y fue entonces cuando conocí a Rosa Solé y a la Escuela de Psicoastrología Huber. 

La Astrología me zarandeó profundamente, llevándome a lugares dentro de mi ser inimaginables. Hoy día formo parte de los profesores del espacio Huber, hago formaciones en astrología, asesoramiento astrológico, y sobre todo, sigo aprendiendo y quedándome alucinada con los misterios del cielo.

Actualmente sigo caminando, aprendiendo nuevas cosas que quizá cuente más adelante… pero por ahora, repito para mis adentros una frase que hace mucho alguien muy sabio pronunció primero: «El Amor a la Medicina, se basa en el Amor al Hombre».

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